Por Paola Barrientos
La etapa universitaria trae consigo a los estudiantes no solamente un nuevo entorno social, sino también académico. La exigencia y ritmo característicos de este nivel educativo desemboca en un alto nivel de estrés para el alumnado. Esto ha traído consecuencias como: la reducción de las horas de sueño y el empeoramiento de la salud mental en general de los universitarios.
El cansancio mental y emocional que ha traído el semestre a tomado gran importancia para las comunidades estudiantiles y universitarias. La sobre exigencia académica denunciada por los estudiantes, así como contexto de postpandemia, que causó estragos en las dinámicas estudiantiles. Son factores que han propiciando el crecimiento del estrés. Este tema es abordado con mayor profundidad en el artículo publicado por El Mostrador.
Esta problemática ha tomado gran importancia, impulsando La Primera Encuesta Nacional de Salud Mental Universitaria de Chile, la cual muestra que: “Un 46% de los alumnos tienen síntomas depresivos y muestras de ansiedad y un 54% sufre de estrés”. Estos y más datos se encuentran en el artículo de CNN Chile.
Una medida Estudiantil ante la presión:
Frente a las condiciones de salud mental y bienestar que han resultado de el primer semestre del 2022, las comunidades estudiantiles de las distintas universidades han manifestado su necesidad de un respiro. En el caso de la UdeC se realizó un paro estudiantil definido ante esta situación, con el objetivo de dar un descanso a los estudiantes ante la eliminación de la semana de descanso que se acostumbró durante la pandemia, la cual ayudaba a sobrellevar el estrés durante la etapa universitaria. Esto es explicado en detalle en la publicación de SABES.
La opinión de una alumna ante el estrés de la U :
Rosario Medina es estudiante de primer semestre de Medicina Veterinaria en la Universidad Santo Tomas, ella ante los cambios que han traído los estudios a su vida afirmó que: “Se sabe que es la U y obviamente es más demandante que el colegio, por ejemplo, pero no encuentro justo que nos saquen el jugo por tanto rato seguido porque al final uno se desgasta y da menos de lo que podría al final del semestre”. Así también destacó como era necesaria la semana de receso que también agregó su institución “hacia falta un descansito, ver a la familia, estaba super estresada, y en mi casita duermo más”.
Entre dormir y estudiar :
Una de las consecuencias más notables del estrés en la vida diaria, es la baja en la cantidad y calidad de horas de sueño, en el caso de los estudiantes se ve reflejado en trastornos y malos hábitos del sueño. Expresada en datos duros, “el 71% de los universitarios sufre algún grado de insomnio, y que el 39,7% de las mujeres y el 21,8% de los hombres presentan somnolencia diurna”, afirma un estudio de la Revista Médica de Chile, el cual aparece en más detalle en la publicación de La Tercera.
En cuanto al estrés durante la etapa universitaria “Me ha afectado mucho a lo largo de esta mitad de semestre porque la presión al momento de entender la materia, estar lejos de mi casa y el hecho de yo ser mi motivación, hacen que sienta en un estrés constante, por eso cuando duermo, no importa si duermo mucho o poco, siempre me encuentro cansada o desganada”
destacó Luisa Arévalo estudiante de Odontología en la Universidad del Desarrollo.
La preparación profesional, requiere no solamente de un buen rendimiento académico, sino también un bienestar integral en el alumno, para darle soporte a la intensidad propia de la etapa. La salud mental es central para poder sobrellevar, disfrutar y aprovechar realmente lo que la universidad puede ofrecer. De lo contrario las consecuencias pueden alcanzar y afectar gravemente a todos los aspectos de la vida en general, entre ellos la calidad del sueño.