GNL Talcahuano: ¿Qué es?

¿Qué es GNL Talcahuano? es un proyecto regional de última generación que pretende construir un terminal marítimo de gas. El objetivo es crear gas natural licuado para alimentar termoeléctricas aledañas. La industria se ubicaría en la Región del Biobío, donde se armarían dos terminales distintos, uno en la comuna de Penco y el otro en Talcahuano. El plan es de origen transnacional, pues pertenece a las empresas estadounidenses “EOS INVESTEMENT” y “Stonepeak”.

Secuelas ambientales, naturales y humanas

Son varios los daños y consecuencias que traería la implementación del proyecto en las comunas. Una de ellas se origina por la ubicación en la que se piensa levantar el terminal, en el Humedal Rocuant-Andalién. Su construcción en este lugar destruiría parte del ecosistema de la zona. Por otro lado, se perjudicaría la economía local de los puertos de Talcahuano y Lirquén.

La importancia del Humedal Rocuant es fundamental para Talcahuano, pues cumple diversas funciones. Es un refugio para aves migratorias, es una barrera natural de inundaciones y también reduce la contaminación en las aguas.

Un gasoducto que en una de sus etapas intervendría gran parte del lugar en cuestión, lo que echaría por tierra las numerosas iniciativas de conservación que se han ejecutado desde hace años y que han sido lideradas por organizaciones locales que a través de diferentes acciones y no menores esfuerzos buscan, entre otras cosas, la protección legal para este sitio.

Mora y Canifrú (2013)
Créditos de la fotografía: Patricio Ortiz Soazo

Gas natural licuado

Talcahuano es clasificado como Zona Saturada y el GNL (gas natural licuado) contiene gas metano en un 85%, gas de efecto invernadero. Esto fomentaría aún más la contaminación del territorio y aumentaría la vulneración ambiental. Por añadidura, el método de extracción del GNL es abusivo, debido a que se perforaría la tierra, es decir se contaminarían las napas subterráneas y en consecuencia se deterioraría la salud de las comunidades. Por último, la fábrica tendría una llama de 4 metros de altura encendida 24/7, provocando más enfermedades respiratorias para los pobladores.

Otro de los peligros que traería consigo el proyecto son los posibles accidentes, como, explosiones y fugas de gas, dado que los terminales necesitarían ductos para trasladar gases que pasarían bajo tierra y mar. Hay que recordar que Talcahuano y Penco son zonas sísmicas y propensas a tsunamis.

La sobreoferta a la que apuesta la industria del gas con dos terminales de gas en la Bahía de Concepción y uno en la Bahía de San Vicente, incrementaría los impactos ambientales y sociales que ya producen las industrias pesqueras, forestal, petroquímica y energética en la región.

Resumen (2020)

Falso progreso

Igualmente, la economía estaría amenazada, dado que el suelo marino sería modificado por uno de los procedimientos del GNL; el cual consiste en regasificar el gas licuado. Se extraerían siete millones de litros de aguas marinas las 24 horas del día por los 365 días del año. El agua que sobre del tratamiento sería devuelto al mar en una temperatura menor a los 7°. De manera que, la cadena trófica de la fauna marina se alteraría, por consecuencia, también la pesca artesanal se vería dañada.

Con la sola construcción-más no el funcionamiento aún- del proyecto, los pescadores artesanales no tendrían acceso al espacio para el tiraje de redes, para las anclas, etc. Por otra parte, señalaban, que la remoción del suelo marino hará desaparecer a toda la fauna marina del lugar.

Resumen (2013)
Créditos de la imagen: GNL Talcahuano

Falta de probidad

GNL ha faltado a protocolos que se necesitan para la aplicación del proyecto, por ejemplo, no se realizó la participación ciudadana en la intercomuna, la que permite que las personas se informen de todos los detalles. Asimismo, no se llevó a cabo la consulta indígena que consiste en revelar información de cuánto y cómo le afectaría a la población que se instale esta empresa cerca de la zona urbana. Para finalizar, GNL Talcahuano realizó un pago de 8 millones en el año 2016 al exconcejal Eduardo Saavedra (hijo del exalcalde de Talcahuano). Estos pagos se realizaron mediante la Compañía de Infraestructura Regional CRI, liderada por Juan Ignacio Ugarte, titular de GNL Talcahuano.

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