20 de septiembre de 2024
la juventud en la dictadura

Una mirada a través de la fragilidad de la juventud en dictadura, que se ve expuesta a tener que conocer lo que está pasando en su entorno.

Era el 11 de septiembre del año 1973. Frente a la Moneda, se gestionaba un ataque frontal, protagonizado por las Fuerzas Armadas. La hora precisa carece de importancia, dominada por el sonido estentóreo de los disparos y las explosiones. En un lapso de horas, el nuevo régimen ya estaba instalado. 

Vivir con miedo

La capacidad de un niño para recordar su infancia con lujo de detalle es difícil. Mantienen una mente frágil, que rellena lagunas mentales con recuerdos basados en sus ensoñaciones. Pero todo eso cambia cuando se les presenta una situación de estrés y miedo. Puede quedar marcada en su inocencia, acarreando esas memorias hasta la adultez.

Ingrid Muñoz, que tenía solo nueve años en ese entonces, rememora las primeras noches posteriores al golpe. Una noche cubierta por la oscuridad y algunas inquietudes, sacudidas por pasos cargados de fuerza que hacían crujir el techado. Como es natural en un infante, preguntaba a qué se debían. Su mamá, al tratar de tranquilizar sus temores, le respondía que se trataba de gatos. Sin resultado, ya que las sospechas de la menor eran ciertas, aquellos sonidos abruptos, ocasionados por la suela de los gruesos bototos que los militares ocupaban para subirse a los techos y allanar casas vecinas.

“Los socialistas eran enemigos de la dictadura”, frase latente en sus pensamientos de niña. Sin previo conocimiento de la situación política, vivía con la preocupación de que su papá no volviera a su casa. Cuando la muerte tocó a su puerta para llevárselo, su mamá abrió, bajo un error de apellidos, los militares equipados con sus armas se retiraron y su progenitor permaneció a salvo. Debido a la discriminación que ella fue sintiendo mientras crecía, le cuestionó a su padre: “¿Por qué el pensamiento de un sujeto diferente a otro provoca tanto odio y rencor?”, no recuerda una respuesta concreta de él, pero sí el sentimiento propio de que las realidades de las personas son diferentes y que están influenciadas por lo que ven y escuchan.

La juventud en la dictadura militar

Los niños, motivados por la curiosidad, pueden encontrarse en situaciones en las que consiguen florecer o marchitar su cándido predominante en la infancia.

Haydée San Martín, una pequeña de once años, que disfrutaba del aire libre y juntarse con sus amigos para ir al colegio, se vio afectada emocionalmente cuando el régimen impuso el toque de queda, se inventaba juegos con sus amistades, donde gozaba de la adrenalina que causaba ir a la esquina de su barrio y gritar “¡ahí vienen los pacos!” Y que todos salieran corriendo. Un juego en el cual un amigo de ella casi recibió un disparo.

Una tarde, mientras padecía de hastío, escuchó ruidos fuertes que provenían desde la casa de una vecina. “Estaba sola y no entendía lo que estaba pasando”, entonces al igual que todos los demás convecinos que al escuchar gritos se asomaron a descubrir qué ocurría, en la calle los militares tenían a unos jóvenes hermanos arrodillados en el piso y con las manos sujetas en la nuca. Sin previo aviso, los soldados sostuvieron sus fusiles y dispararon.

Sus dos padres trabajaban en el área de la salud, respectivamente como chofer de ambulancia y enfermera en la ex Posta 3 (Hospital San Juan De Dios). Parte de sus recuerdos de infancia están en el servicio de urgencias. “Yo veía llegar a los militares, tocaban una sirena y todos tenían que meterse debajo de las camas”, ella se levantaba del suelo y asomaba su cabeza por la ventana, con cuidado de no ser vista, observaba a los conscriptos bajar los cuerpos muertos y tirarlos al piso.

Plebiscito: sí o no

La Constitución Política de la República de Chile de 1980 fue plebiscitada el 11 de septiembre del mismo año y comenzó a regir el 11 de marzo de 1981. La carta fundamental establecía en el art. 25 que “El Presidente de la República durará en el ejercicio de sus funciones por el término de ocho años, y no podrá ser reelegido para el período siguiente”. Por lo tanto, se daba inicio al primer lapso presidencial, encabezado por el General de Ejército, Augusto Pinochet Ugarte. El 5 de octubre de 1988, la movilización social por parte de la oposición generó llamar a un plebiscito, donde la opción Sí significaba la continuidad y la alternativa No representaba establecer plazos concretos para el fin de la dictadura.

Katherine Droguett tenía ocho años. A pesar de no entender el contexto político que se estaba desarrollando en el año 1988, ayudaba a su abuela, quien era parte de la oposición, a usar las poleras que patrocinaban la campaña. “Entonces nosotros las utilizábamos, salíamos y las regalábamos a los vecinos, pero en realidad, no teniendo mucha conciencia en lo que estábamos haciendo”. La mirada de estas tres jóvenes tiene algo en especial, si bien estaban involucradas en diferentes contextos en el proceso de 1973 a 1988. Mantienen una comprensión de una niña en plena inocencia, no tienen conciencia de lo que está pasando a su alrededor y suelen ser influenciadas por su entorno.

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